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La piratería acaba con la industria discográfica, en El País

Se estima que más del 20% de las ventas se realizan en el mercado negro

En los primeros días del pasado mes de noviembre, la casa de discos Belter, una de las empresas fonográficas más importantes de la década de los sesenta, presentaba expediente de crisis. Hace apenas dos semanas que Columbia, otro de los sellos punteros no hace mucho, pasaba a formar parte de la multinacional RCA. La amenaza de cierre sigue pendiente para otras muchas firmas.

Tanto las multinacionales del disco como las nacionales o los sellos independientes apuntan hacia causas comunes: la piratería, el alto coste de las obras y, consecuencia de todo ello, la baja de las ventas.El panorama de crisis en la industria discográfica es general en toda España. Solamente en Cataluña, donde se vende el 357 de la producción de discos, se estima que las ventas han descendido en mil millones de pesetas anuales.

En poco más de un año han desaparecido de la faz barcelonesa la gran editora discográfica catalana histórica, Edigsa; una de las instituciones peninsulares de la fonografía, Belter, y las delegaciones centrales de las dos últimas multinacionales que todavía las mantenían en Barcelona, Ariola-Eurodisc y EMI-Odeón. En contrapartida, un travestimiento, el de la mentada Edigsa en PDI, y una epifanía, la de Picap. El balance, por más buena voluntad que se le ponga, no resulta precisamente alentador.

Antonio Ortega, director general de Zafiro, una de las casas españolas que por el momento puede seguir haciendo frente a la crisis, asegura que la situación del sector no es ajena a la crisis general del país. «Aunque el producto que hacemos tenga un carácter artístico, esto es un negocio de consumo y, al igual que sucede con los libros o el cine, uno de nuestros mayores problemas está en que los costes de producción aumentan cada día, mientras que la demanda no sólo, no crece, sino que ha disminuido».

En términos semejantes se expresa Augusto Sarria, director general en España de la multinacional CBS, aunque para Sarria el auténtico cáncer del sector es la piratería. «Nosotros hemos tenido un balance económico igual al del año pasado. Igual dinero, pero menos unidades, lo que supone un estancamiento del mercado. La industria pirata es la que saca beneficios enormes. Hacen un negocio tremendo con la venta de las casetes. Tienen una red perfectamente organizada y frente a la que, por el momento, se está haciendo muy poco».

Como prueba de la perfección del trabajo pirata, tanto Antonio Ortega como Augusto Sarria muestran sobre las mesas de sus respectivos despachos casetes piratas cuyo aspecto es exactamente igual al de las cintas grabadas por ellas. Sólo mínimos detalles, imperceptibles para el consumidor, diferencian las casetes de una y otra casa.

Carlos Grande, gerente de la Asociación Fonográfica y Videográfica Española (AFYBE), advierte que, dadas las características del mercado negro, es difícil precisar cifras, pero estima que más del 20% de las ventas de casetes se realiza fuera de los circuitos legales. «La piratería crece desmesuradamente desde hace cinco años. Son productos casi idénticos a los legítimos, que se han convertido en la mayor amenaza para el mercado».

«Y se venden a menos de la mitad del precio en puestos callejeros o en bares», se lamentan ambos directores generales. La piratería les preocupa hasta el punto de que Sarria integra una comisión que está desarrollando una exhaustiva investigación con apoyo de la Sociedad General de Autores de España y de la AFYBE. «En Estados Unidos hay una sección especial de la policía encargada de luchar contra este problema, y se puede asegurar que han avanzado mucho», añade Sarria.

Las modas

La incidencia de los cambios de los gustos musicales y la no adaptación a ellas de las casas de discos tiene una fuerza relativa, según Antonio Ortega. «Nuestro catálogo está integrado por un 98% de artistas nacionales. Esto indica que nuestra línea está en la promoción de cantantes nuestros. Dentro de ello, sabemos que los gustos cambian de forma rápida y nosotros tenemos que hacer lo mismo». Por ello, Zafiro tiene en su catálogo 40 grupos de heavy, de los que aseguran que al menos 10 de ellos son los más vendedores de España. Por poner algún ejemplo, el director general de Zafiro habla de Barón Rojo o de Obús.

No cree Ortega que las casas de discos puedan dirigir los gustos del público. «Eso es algo totalmente incontrolable. Al margen de estos grupos, que puede que sean los que más copias venden, nosotros tenemos fichajes de gentes que tienen un mercado permanente: José Carreras, María Dolores Pradera, Chiquetete. La gente compra lo que de verdad le interesa, no porque le condicione la publicidad. Si fuera de otra forma, sería maravilloso, porque podríamos planificar sobre seguro; pero el campo de la creación es imprevisible y ahí está nuestro riesgo: con cuatro lanza mientos que sean un fracaso, cualquiera de nosotros tendría que cerrar».

Frente al mercado establecido se produjo a principios de 1980 el nacimiento de los sellos independientes. La idea que animó a la mayor parte de los promotores de estos sellos fue conseguir que los nuevos grupos de rock pudieran sacar a la calle los discos que en tonces se les negaba en el merca do convencional. Con todo, jamás han llegado a suponer una amena za para estos últimos.

El grupo que animó todo este cotarro fue Kaka de Luxe. Los primeros sellos independientes fueron DRO, Grabaciones Accidentales, Tres Cipreses y una lista por entonces interminable. Para con seguir grabar un disco sólo era necesario reunir entonces alrededor de un millón de pesetas, y luego, de manera rudimentaria y manual, dar todos los pasos tradicionales por la industria del disco: hacer el corte de acetato, alquilar los estudios de grabación, encargar las carpetas, ocuparse de meter las copias en sus correspondientes fundas, distribuirlos por las tiendas, etcétera. «Quisimos hacer una nueva experiencia con otra música y vivir de ello», explica Esteban Torralva, uno de los promotores del sello Tres Cipreses, «pero fracasamos porque llegamos tarde a este invento y porque nos faltaba experiencia».

A caballo entre los sellos independientes y el mercado convencional se encuentra la compañía Nuevos Medios, nacida en Madrid con las mismas pretensiones de los independientes, pero con los objetivos de las compañías más tradicionales.

Los Nuevos Medios

Mario Pacheco, uno de los componentes de Nuevos Medios, ex plica que precisamente todos los promotores de este sello proceden de las casas de discos con más fuerza en el mercado. «Teníamos una experiencia importante del sector y nunca nos lo planteamos como un capricho temporal de niños pequeño- burgueses. Queremos vivir de esto editando a grupos de calidad como son La Mode, Golpes Bajos o Pepe Habichuela, por citar a alguien. Además, editamos en España lo mejor de lo que hacen los sellos independientes de Inglaterra y Estados Unidos», señala Pacheco.

En Barcelona se ofrecen dos curiosidades dignas de atención y estudio arqueológico. De un lado está la discográfica independiente. Se trata de Filobús Records, con nueve elepés ya en su catálogo, dedicada al vanguardismo y experimentalismo y con una aceptable audiencia en el extranjero con inquietudes. Tres discos del guitarrista Albert Giménez, otro del teclista Conrad Setó, los editados, respectivamente, por los grupos Koniec y Naïf (este último doble) y Peruchos, más Six jours a Barcelone y Entr’ acte constituyen todo su catálogo. La segunda de las curiosidades en el terreno de la edición fonográfica la constituye Fresh Sound Records, cuyos discos se editan para venderse, en su gran mayoría, fuera de España.

La actividad de Fresh Sound cae en los secretos ámbitos del discófilo, reproduciendo con pelos y señales cubiertas interiores, carpetas, sellos y grabaciones de un segmento de la historia del jazz que crea un curioso tipo de fieles adictos; lo que se conoce como cosa West Coast.

Ángeles García y Mingus Formentor, en El País, 09/12/1984

Con todo esto de la Ley de Economía Sostenible, de «¡Están matando la música!» y demás gritos desesperados… Pues que mejor que sacar un artículo de 1984. El año, no el libro. Es decir, la música y las discográficas llevan muriendo 26 años. Como mínimo. Y cuando surgió el gramófono y la posibilidad de la grabación de la música, así como su popularización (hace bastante más que 26 años), los músicos decían que ese invento iba a matarlos de hambre, que no volvería a haber músicos porque no harían falta, que eso de que se grabase la música iba a hacer que toda la gente relacionada con la música… se iban a quedar en el paro. ¿No suena?

Lo que me parece más curioso es que esta gente – directivos de La Innombrable y demás entidades de gestión, como ejemplo mejor – , que no se cortan un pelo a la hora de pedir ayudas públicas, de pedir que se legisle contra la piratería (Se habla de piratería y de cosas ilegales, y lo que buscan es acabar con descargas legales, sin ánimo de lucro – redes P2P), son capitalistas. Y el capitalismo implica que todo avance tecnológico hace que las industrias tengan que ponerse al día para ser competitivas y sobrevivir en un mundo de constantes avances, para buscar el objetivo principal de las empresas: sacar beneficios. Pero claro, volvemos a un punto anterior: la falta de coherencia.

Así nos crece el pelo.

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WikiLeaks a la española, de Guillermo López

Guillermo López García, profesor de periodismo la Universidad de Valencia (Departamento de Teoría de los Lenguajes y Ciencias de la Comunicación), y creador allá un 14 de febrero de 2000 de una de mis páginas de cabecera – La Página Definitiva – ha escrito esto respecto a todo el tema de WikiLeaks, en relación a la política española y al papel (supuesto) del periodismo, en su blog Chapapote Discursivo. Y merece la pena leerlo, así que lo copio-pego.

WIKILEAKS A LA ESPAÑOLA, de Guillermo López (LPD)

No quisiera comenzar este post sin hacer mención a la clase política española tal y como es reflejada en Wikileaks. Por ponerles sólo un ejemplo: Zapatero está muy contento porque le muestran en los cables de la Embajada de EE.UU. como un político cortoplacista centrado, única y exclusivamente, en el impacto electoral de sus medidas y anuncios. Así está el nivel.

Y, sobre todo, se impone un emocionado recuerdo, uno más, dedicado a la sin par figura del Monarca, cuya campechanía ya trasciende fronteras. ¿Cómo explicar, si no, que sea SM Campechano I la figura más mencionada en los cables de la embajada estadounidense y que, por ahora, el resumen de su perfil, tal y como nos lo ofrece el diario El País, se reduce a indicarnos que a Su Majestad siempre le guía el supremo interés de España? ¿Habrá que esperar a que Wikileaks libere todos los cables para hacernos una idea más cabal de adónde lleva su campechanía, sobre todo en las relaciones con los amigos de SM?

Y a todo esto: ¿qué es lo que ofrece Wikileaks? La verdad es que no son grandes noticias, por ahora. Pero, como muy bien indica José Cervera: “No es lo mismo ’saber’ que todos los políticos son corruptos o que todos los gobiernos mienten que tener la prueba fehaciente de ello”. No es lo mismo obrar con una, nunca absoluta, pero sí probable, impunidad que con el riesgo de la transparencia. Y tampoco sabemos qué queda por aparecer. Entre las cosas que ya han aparecido, algunas son mero cotilleo, muchas eran previsibles, y algunas de ellas, además de previsibles, desalentadoras. El mismo Gobierno que, en la figura de Moratinos, se queja en plan “nuevo rico” de que España manda mucho, a pesar de lo cual EE.UU. la ningunee sin pudor, luego no tiene ningún problema en contribuir al enterramiento jurídico del asesinato de uno de sus ciudadanos (José Couso). Pero lo relevante de unas y otras es que puedan salir a la luz.

Wikileaks también supone, sin duda, una manifestación de primer orden del fracaso del periodismo. Los medios de comunicación se han visto reducidos a meros voceros, encargados de potenciar una información que ya no buscan, ni les proporcionan las fuentes. En teoría, una de las funciones básicas del periodismo es vigilar al poder en sus diversas manifestaciones. Como el poder siempre deja grietas, una de las posibilidades del periodismo consiste en aprovecharlas para dar a conocer lo que el poder quiere ocultar. Pero entonces aparece el pragmatismo, el mercado, los anunciantes, el régimen de concesiones administrativas, … Y los medios, cada vez más, se achantan. Los dossieres acaban acumulando polvo, o destruidos, y los que se han expuesto filtrando la información acaban resignándose (o, aún peor, padeciendo las consecuencias de la filtración sin conseguir a cambio ninguno de sus objetivos).

Los medios funcionan, y es una obviedad tan grande que lamento repetirla, como meros altavoces del poder en sus distintas facetas (económico, político, social). Un poder que se ha convertido, hace ya mucho tiempo, en una casta de privilegiados, aislada totalmente de los ciudadanos y cuya única obsesión es perpetuarse.

Esto, en el caso del poder económico, es hasta cierto punto consustancial a su naturaleza. Lo novedoso, lo que muestra mejor que ninguna otra cosa el fracaso de la democracia representativa, es hasta qué punto el poder político participa de la misma perspectiva. De la comunión con las otras formas del poder y el intento por mantenerse ahí a toda costa.  Y no sólo porque, cuando llegan a lo más alto, los políticos acaban reuniéndose con 40 empresarios para ganar credibilidad ante los mercados. Ni porque se dediquen, una vez retirados, a coleccionar sillones en Consejos de Administración. También porque los políticos, desde hace ya mucho tiempo, lo son (políticos) desde los dieciocho años, y aun antes. Jamás han ejercido profesión alguna más allá de la acción política (bien remunerada, muy poco esforzada en el nivel bajo y medio, y que compensa sobradamente el sacrificio, por el vértigo del poder y el éxito, en el nivel alto). Es gente cuyo principio vital es no perder el chollo (buenos sueldos, poco trabajo, influencia), para lo cual harán lo que haga falta (la alternativa es… ¿Trabajar? Y, claro, ya me dirán Ustedes en qué, que los consejos de administración, los puestos de asesor y las empresas públicas no llegan a todo el mundo).

Por esa razón, no hay nada que les cause más pavor a los políticos que dejar de serlo (en la oposición puede que haga frío, pero no vean Ustedes el frío que hace fuera de ella o del poder). Por eso se han afanado, desde hace mucho tiempo, por tener contentos a los medios de comunicación, que comen de su mano y no suelen molestar más de la cuenta. No, al menos, a los partidos que pueden gobernar (los otros, que se jodan, no vaya a ser que alguna vez se sitúen en disposición de gobernar). Y de repente llega esta especie de comunidad virtual de freaks tecnológicos que se dedica a sacarles los colores, a poner en riesgo una parte importantísima del chiringuito que tan bien tienen montado, que no es otro que la sistemática colonización del espacio público por parte de los partidos políticos.

Por eso, la mejor prueba de la importancia que tiene Wikileaks es la espectacular cacería que se ha montado contra su fundador, Julian Assange, que alcanza a Gobiernos, judicaturas y empresas por doquier (Amazon le niega el hosting, Paypal y Visa el acceso o la captación de fondos, etc.), y que ha llevado a su detención en poco más de una semana desde que se destaparon, porque el tío es un violador sádico, por lo visto. La cosa huele tanto a historia fabricada por la CIA o por vaya Usted a saber quién que ni siquiera los que quieren cepillárselo –real o metafóricamente- se atreven a incidir mucho en el socorrido argumentario de contertulio español, político de tronío o director del ABC de “es un violador, linchémosle”

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Una manita de reflexiones antes de dormir

Cuasi abandonada la creación propia, dejo con unos cuantos pensamientos que me vienen a la cabeza ya que estamos.

1)      WikiLeaks, la sacrosanta Libertad de Expresión, y el Capitalismo: Otra de las inesperadas – o no – consecuencias de la macro-filtración de 250.000 documentos secretos y confidenciales (que tampoco voy a contar mucho, que para eso están los periódicos) es que se confirma que a las grandes empresas, o al capitalismo, o a los gobiernos, se la pela la libertad de expresión. Eso que siempre se había más o menos sospechado, pero que muchas veces bajo el pseudo-slogan de ‘El capitalismo equivale a democracia’, o el capitalismo es sólo posible bajo la democracia, pues otra vez más prueba ser… mentira, como tantas cosas. Mentira de la chunga. Tampoco descubro el agua caliente, o la luna, o la rueda, me temo. Porque lo de China ya apuntaba maneras, la reacción de EEUU y otros (muchos) países a las filtraciones demuestran que a) debido a que hemos cedido nuestro poder a los gobernantes, y no que los gobernantes son nuestros representantes, el que sepamos las cosas es malo. Muy malo. Lamentable. ¿Cómo puede ser eso? Rinzewind, mientras escribo esto, ha colgado en Las Penas del Agente Smith un post que copio-pego íntegro: “Defina hipocresía”.

When it comes to the flow of information, I think that the more freely information flows, the stronger the society becomes, because then citizens of countries around the world can call their own government to account.

(Cuando se trata de flujos de información, creo que cuanto más libremente circule la información, más fuerte será la sociedad, porque entonces los ciudadanos de los países del mundo pueden pedir responsabilidades a su propio gobierno.)

Barack Obama, noviembre de 2009, en China.

Even in authoritarian countries, information networks are helping people discover new facts and making governments more accountable.

(Incluso en países autoritarios, las redes de información están ayudando a la gente a descubrir nuevos datos y a hacer a sus gobiernos más responsables.)

Hillary Clinton, principios de 2010.

Cortesía de Íñigo Sáenz de Ugarte: defina ironía.

Más sobre esto gracias a John Naughton en el Guardian: Live with the WikiLeakable world or shut down the net. It’s your choice.

John Naughton escribe en el artículo mencionado justo una línea más arriba: “There is a delicious irony in the fact that it is now the so-called liberal democracies that are clamouring to shut WikiLeaks down […] What we are hearing from the enraged officialdom of our democracies is mostly the petulant screaming of emperors whose clothes have been shredded by the net. Which brings us back to the larger significance of this controversy. The political elites of western democracies have discovered that the internet can be a thorn not just in the side of authoritarian regimes, but in their sides too”.

Se decía que con la crisis se iba a refundar el capitalismo. Y luego va a resultar que el capitalismo nos refundará a nosotros. Y ahora con las filtraciones nos van a redefinir la democracia, o qué se supone que es el chiringuito que hay montado ahora. El emperador está desnudo, hace lo que se le pone en las narices, y nosotros además aplaudimos y pensamos ‘bueno, son cosas de gobierno’. No, cojones, no. Nosotros se supone que teníamos algo de poder. Algo. Se supone.

Si el tema de las filtraciones no es para hacer acampada delante de las Embajadas de EE.UU., y protestar en la calle hasta perder la voz, ya casi que no se lo que lo será. Si todos estos que se llenan la boca con las palabras ‘democracia’ y ‘libertad’, y ahora están como están por esto son capaces de que no arrastrar el morro por la acera por el doublethinking tan acojonante, no se… Que Chávez, Ahmadineyad, Hu Jintao o gente así ponga a parir a WikiLeaks y a Assange, normal. Que los otros sean peores que Eduardo Inda, es preocupante.

Y luego están las empresas. Los de siempre. Cuyos objetivos cada vez quedan más definidos. Amazon, PayPal, MasterCard, etc. Estos cabrones (y más) han comenzado a retirar apoyo a WikiLeaks, ya sea en forma de alojar la web, de no permitir donaciones, etc. Pero que estos – y muchas más empresas – no apoyen la libertad de expresión, no sorprende.

El mismo Rinzewind colgaba en Facebook la siguiente pregunta: Si el que filtró los documentos se los hubiese pasado al NY Times en lugar de a WikiLeaks, ¿habría orden de busca y captura contra Keller?

Yo no se, pero que los tejemanejes absolutamente más maquiavélicos y sucios de nuestros representantes se hagan públicos… ¿cómo cojones puede ser malo? Que durante el absolutismo, dictaduras, o cabronadas similares no se supiese nada… normal. ¿Pero no vivíamos en países donde la libertad de expresión? Aquí sólo se han contado hechos, cosas que han dicho representantes de un país en muchísimos países del mundo, sobre los gobernantes de éstos países. Como el nuestro. ¿Cómo puede no ser eso – publicar los documentos – libertad de expresión?  (OJO, que aquí el medio no difama a nadie, sólo publica copias de documentos que en ningún momento se han considerado falsos, ni por los propios estadounidenses). Leer ‘El derecho a la información diplomática’, en El País del 6 de diciembre (AKA ayer)

Hay que plantearse tantas cosas… ¿en qué carajo de sistema político vivimos? ¿No era la soberanía popular o algo por el estilo? ¿No eran los parlamentarios nuestros representantes? Parece que no mucha gente se plantea en qué cojones de chiringuito de trapo vivimos. Pero deberíamos.

Se busca. Por traficar con pornografía de los emperadores desnudos follándose a la Señora Justicia. (@ Las Penas del Agente Smith - http://rinzewind.org/)

2)      Mucho de lo dicho anteriormente, aplicar al terreno económico. Pero sobre todo: ¿en qué leches de tinglado vivimos? Siempre me pregunto cómo coño será posible que los malditoshijosdeputa que hundieron el barco, que nos dirigen (y no, no me refiero al Ministro precisamente), que dejan a la gente en la calle mientras ellos – de alguna manera – ganan más dinero, y que hacen que paguemos todos los platos – rotos y no rotos, pero habrá que comprar vajilla entera para conjuntar -, duermen por la noche. Porque supongo que duermen por la noche. Y son capaces de leer un periódico y ver los putos efectos de la puta crisis, de los ERES y demás, y seguir bebiendo el café mañanero como si de mirar el Facebook se tratase.

¿En qué mentalidad podrida cabe eso de que lo que vale es el máximo beneficio, sea como sea? En serio que lo pregunto. Porque no me cabe en la cabeza.

3)      Los libeggggales: en general, pero hoy dos, sólo dos. Concretamente. Gallardón y Aguirre. Aguirre y Gallardón. Una por ir triturando la educación y la sanidad de todos, la pública, la que garantiza los mínimos (y se supone que intenta tener calidad) para todos. ¿Cómo es posible que se den becas a los padres que mandan a sus hijitos a colegios privados? ¿No habíamos quedado que el Estado – o administraciones, pa’l caso – se debía mantener al margen para ‘favorecer el libre mercado’ (Liberales dixit). E ir jodiendo la imagen de Madrid allá por donde pasa, porque cada vez que abre la boca lo hace para a) amenazar b) reírse de otro c) insultar d) avergonzar al personal e) inaugurar algo que no está ni acabado f) hablar sobre las supuestas bondades del liberalismo (destacar las famosas loas al ahora rescatado país de Irlanda y sus políticas de liberalización). Y el otro por hipotecarnos para muchos, muchos años, y luego quejarse porque no se le da más pasta. Porque el muy cabrón cae bien. Y eso, es muy cabrón, y el tipo tiene los bolsillos peor que yo, de agujeros hablo. Porque tirar de crédito, los que puedan, pues allá ellos. Pero que la deuda de Madrid sea casi el 25 % de la deuda de TODOS los municipios de España… Tela. Mucha tela. Y luego a llorar al Gobierno. Y a quejarse porque no nos ayudan. Nene, que hacer castillos con lo que no se tiene hace que las cosas se caigan. Y otra vez: pagaremos los platos los mismos (gran idea la de Espe, de vender patrimonio del Ayuntamiento – de los madrileños, para entendernos – para sanear deuda). Y francamente, me jode sobremanera que este pedazo de animal quiera presentarse a la Presidencia de Gobierno (a ver si le dejan, también). Pero que la otra se presente… ya lo dije: Como salga Aguirre como Presidenta del Gobierno, yo me piro. Y por favor, que el último que salga del país que cierre la puerta y apague la luz.

Seamos coherentes, señores: si las cosas van bien, no vale ir exigiendo medidas de liberalización, mientras que cuando van mal se pide la intervención estatal.

Pero la coherencia… ¿dónde se habrá quedado?

4)      Y hablando de coherencia, estoy hasta los huevos del doublethinking de la prensa (y lo que no es la prensa) española, de las consignas lanzadas porque yo lo valgo, sin plantearse nada más que hacer daño o beneficiar a unos o a otros. Y no sólo el periódico más vendido de este país (que merece un capítulo aparte, y un libro en la antología del disparate), sino todos. Enric González lo ha planteado tantas veces – como oasis en medio del desierto, también hay que decir – que da rabia tener que repetirlo: ¿qué es el periodismo? ¿Qué quiere conseguir? Vale, esta es fácil: la pasta. ¿Cuáles son sus principios? ¿Qué tipo de periodismo queremos?

Que esto no viene de hoy, porque me haya dado por aquí. Pero ya que estamos, lo decimos.

5)      ¡Visca’lBarça! Que ya que estamos con la manita de reflexiones, pues eso. Que para manita, la de hace una semana en el Camp Nou.

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