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Matadero Cinco: So it goes

Este libro, Matadero cinco, de Kurt Vonnegut (1969), lo he leído en primer lugar por recomendación del peaso artista de The Flying Monkey Squad (¡Visiten su blog! ¡Clicken en los links!), y aproveché que alguien se lo compró para hacer un préstamo. Si lo estás leyendo: prometo que lo devolveré. Y por cierto, hay peli.

Mr. Kurt Vonnegut Jr. Tiene pinta de tío majete. Y tiene una frase brillante: "True terror is to wake up one morning and discover that your high school class is running the country"

En fin, más menos el argumento… Es un libro antibelicista, y como muchos de esos – o digamos, los mejores – está ambientado en una guerra (en este caso la Segunda Guerra Mundial), aunque con abundantes flashbacks y flashforwards, lo que en ocasiones, al menos a mi, deja en algunos momentos preguntando en qué año está la narración en ese momento. El libro, por tanto, va reflejando la locura de la guerra y los personajes involucrados – no el de los generales, sino esos que van desde el redneck que se cree destinado a salvar el mundo hasta un tirillas que no sabe bien qué hace por ahí, como el protagonista, pasando por adolescentes a los que se les ha puesto un uniforme y dado un rifle –, sumando además unas buenas dosis de… para no romper argumentos, ciencia-ficción (en la web de Anagrama pone: “los pasajes de ciencia-ficción funcionan a la manera de los payasos de Shakespeare”) / ensayo con reflexiones sobre la humanidad, etc. Además, parece ser que hay bastantes partes autobiográficas, por lo que Mr. Vonnegut fue uno de esos estadounidenses que tuvo que patearse parte de Europa entre 1944 y 1945.

Mencionar una cosilla más sobre el libro en sí: un recurso que utiliza sin parar, que es el poner “so it goes” (me lo leí en inglés, ¿qué pasa?), que vendría a significar algo como “y así va todo” – si alguien sabe cómo se tradujo, pues que aporte. Es un poco el símbolo identitario de esta novela, y tiene desde su mención en la Wikipedia hasta el encabezamiento del artículo sobre la muerte de Vonnegut en The Guardian. Y al principio no te dice mucho, pero cuando llevan 50 veces (hay 106 veces) te dan hasta escalofríosprovoca desazón. Y hay pocas, muy pocas veces, que 3 simples letras pueden causar semejante sensación en un libro. Y, como dice Alex Clark en el artículo:

“The words recur throughout the book each time a death is recorded and what they imply lies at the centre of any understanding of Vonnegut’s work: fatalism, stoicism and the acceptance that no use will come of shrinking away when the worst has happened.” (“Las palabras se repiten a lo largo del libro cada vez que una muerte es documentada, y lo que implican se aloja en el centro de cualquier entendimiento de la obra de Vonnegut: fatalismo, estoicismo, y la aceptación de que echarse atrás no será de utilidad cuando lo peor ha pasado”.)

Una de las cosas que me ha llamado la atención del libro – y que además enlazo con Shutter Island (Martin Scorsese, 2010) – es el tema del post-trauma de la Segunda Guerra Mundial. Obviamente, ya no sólo los que fueron llevados a campos de exterminio o de trabajo quedaron traumatizados, sino soldados de todas las nacionalidades, civiles… Vamos, sí, una obviedad. Comentaba con alguien (impresionantemente esta vez me acuerdo con quien, no como el resto de veces) sobre la curiosidad que me dan los alemanes que participaron en la guerra, que hicieron lo que hicieron, y cómo lo pudieron negociar después. Pero vamos, a lo que iba: en Shutter Island y Matadero Cinco los personajes principales son gente trastornada por la guerra, con problemas que en otras guerras han tenido más resonancia. ¿Cuántas veces habremos visto o leído sobre el síndrome post-traumático de los veteranos de Vietnam o de la Guerra del Golfo (la primera)? De la Segunda Guerra Mundial parece que todo tipo de secuelas se ‘decidieron borrar’, o quizá que fuesen consideradas ‘tonterías’, ya que lo que se suponía era es que los hombres, si había guerra, iban al frente, las mujeres a la industria y a jugar a béisbol para que siga el espectáculo, y que la vuelta sería tranquilidad, gloria, vuelta a la normalidad y a la suburbanidad, y la sensación de trabajo bien hecho tras haber barrido a los alemanes y japoneses. Así que siempre está bien ver este tipo de ejemplos.

Supongo que si te gusta una historia tranquila, bonita, lineal, y con final feliz, pues este libro… vamos, ni lo habrás leído ni lo irás a leer. Pero si estos 4 elementos no son condición exclusiva para comprar / coger un libro de la biblioteca, pues se recomienda encarecidamente. Dentro de mis calificaciones, pues Mooola.

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Nivel novedades: estamos ansiosos porque llegue un colaborador a este, vuestro blog de cabecera, este blog, así que lo voy poniendo como medida de presión. Además, se recuerda que si alguien quiere escribir algo o sugerir lo que sea, que hable, que escuchado será.

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