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Top 5: canciones y fútbol

Dentro de la semana futbolera, después de la entrada sobre Maradona, el Top 5 se dedicará a canciones futboleras. Siendo incluso la mayoría de ellas (4), canciones apropiadas por el balompié, y que ahora muchos – o yo solo, en algún caso – asociamos casi exclusivamente al fútbol. Vamos, por no poner lo obvio de ‘Himno de la Champions’, ‘Himno del Atleti de Sabina’, ‘Cant del Barça’, etc. Que molan, pero… pasando.

5.- ‘Chelsea Dagger’, de The Fratellis. ¿’Chelsea Dagger’? ¿Por el equipo? Pues no. Misteriosamente, desde que leí un artículo de The Times sobre las peores 50 cosas del fútbol moderno – es la número 8 – , la asocio con el fútbol, y me imagino los resúmenes de los goles en Match of the Day o Estudio Estadio con esta música. Por lo visto es costumbre en algunos estadios cantar el estribillo – ese currao de ‘lololó lololó lololololo lololó lololó lololoooo’ – cuando hay gol… Habrá que verlo en vivo, espero.

4.- ‘When the Saints go marching in’. Pues sí. Tan mal estamos. O no tanto. Vamos, todo tiene una explicación. ¿Cómo pasa un gospel de funerales de Louisiana a convertirse canción de fútbol para muchos? Pues… a través del Southampton FC. ¿Jarl? Sí, porque al equipo se le llama el Saints, así que ya era cuestión de tiempo que se usase esa canción. Y en este link tenéis a la tribuna de Southampton cantándola (apreciad los grandes matices vocálicos), mientras que en el vídeo principal a Mr. Louis Amstrong. Que siempre mola.

3.- ‘He’s Got The Whole World In His Hands’. Otro gospel. Otro gospel con fútbol. Venga, a razonarlo. Pues básicamente, esta canción la empezó a utilizar el Nottingham Forest allá por 1978, en medio del ‘reinado’ del exitoso Brian Clough – recomiendo a los futboleros la película Damned United (2009) sobre sus 44 días al frente del Leeds United –, el año que consiguieron su primera liga (de cuatro… consecutivas) y el año antes de convertirse en campeones de Europa (título que conseguirían también al año siguiente). Estos señores adaptaron las letras originales, cambiando el título por ‘We Have The Whole World In Our Hands’, adaptándola al fúmbol, e incluyendo en los versos la plantilla y el cuerpo técnico (“We’re gonna win / We’re gonna win everything /  So stand up and and sing for Cloughy the king / (Cloughy, Cloughy, Cloughy…)”). Y la letra original es así – versión de la gran Nina Simone –, mientras que la adaptada es de la siguiente manera:

2.- ‘Three Lions’, de Baddiel, Skinner & The Lightning Seeds. La única de aquí que fue hecha ex profeso para el fútbol. Fue hecha para la Eurocopa de 1996 de Inglaterra, pero se ha utilizado desde entonces – incluyendo una versión para el Mundial de Francia de 1998, y otra con Robbie Williams y Russell Brand para el Mundial de Sudáfrica de este año – para animar a los ingleses en sus grandes éxitos futbolísticos. Lo que además mola de la canción – o me gusta a mi, vamos – es que no habla mucho tampoco de las grandes hazañas, sino que mete muchas coñas y muchos fallos de la selección inglesa (“England’s gonna / Throw it away / Gonna blow it away […] So many jokes, so many jeers / But all those oh so nears / Wear you down
Through the years
”), pero también da algo de esperanza (“I know that was then, but it could be again”). Vamos, sólo comparemos con el ‘A por ellos’ del Mundial de 2006, starring Luis Aragonés, RBaúl, Míchel Salgado, el cantante de Los Inhumanos…

(PD: Al loro la entonación de los teutones a partir de 3:43, en la celebración del triunfo en Frankfurt)

1.- ‘You’ll Never Walk Alone’, del musical Carousel de 1945. La canción futbolera por excelencia, ¿no? A principios de los 60, el Liverpool FC empezó a utilizarla, y en 1963 el grupo Gerry & The Pacemakers la grabó (una de las múltiples versiones que hay) en lo que pasó a ser el himno oficioso del Liverpool. De hecho, su versión es la utilizada en la megafonía del estadio para – lo que veo como una cagada – guiar en el cántico, como podemos ver en este vídeo. Mucho mejor cuando no hay megafonía, como en Estambul en 2005. Pero para ilustrar el número 1, elijo a Elvis, que para eso es El Rey.

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Final de un Mundial

Como tantos otros desde que empezó el Mundial de Sudáfrica, recuerdos de la selección… Siento no haberlo hecho antes, pero he tenido una cosilla que hacer.

En fin, allá por 1990 recuerdo el Mundial. Tampoco es que recuerde gran cosa, aunque ya me empezaba a gustar eso del balompié, e intenté completar un poco el album de cromos de Panini. Pero recuerdo cosillas, como el 3-2 de Yugoslavia. Aunque tampoco me supo tan mal. De ese Mundial recuerdo más la final, con todo el personal a mi alrededor que deseaba que ganase Alemania, y yo estaba fascinado por Argentina. Creo que mi razonamiento de aquel entonces era a) en Argentina hablan castellano. Ergo, molan. b) Ese tal Maradona es bueno. Muy bueno. C) ¿Alequé. Y, por cierto, el cartel ese que utilizaba el Coliseo como estadio molaba bastante.

Los siguientes recuerdos de verdad de la selección española comienzan en la fase de clasificación para el Mundial de Estados Unidos de 1994. Sobre todo en ese partido España Vs Dinamarca (¡Dinamarca! ¡La Dinamarca de los hermanos Laudrup! ¡La misma que ganó la Eurocopa del 92!), en el que Zubizarreta fue expulsado, y salió un chavalín llamado Santiago Cañizares, ‘Cañete’. Y las paró todas. Todas. Y Hierro marcó gol. Y España se clasificó para el Mundial. por cierto, fijaros el título del vídeo:

Ese Mundial lo pasé casi todo en Tapia de Casariego, Asturias, en casa de mis tíos. Y ahí ya estaba plenamente metido hasta las cejas, el álbum de cromos completo (el último fue un surcoreano, creo recordar), y toda la españolidadrojidad puesta en escena. El gol de Goiko a Alemania, el autogol de Pep Guardiola contra Bolivia (el primer gol de Bolivia en un mundial), las perillas de los jugadores, Otero en la selección, Clemente en el banquillo, y… ¿qué decir? Luis Enrique, Tasotti, Sandor Pulh, Julito Salinas, Roberto Baggio… Y joder, por primera vez sentir esa impotencia, esa rabia. Los cuartos de final. Y de ese Mundial, pues eso, queda la escena de Luis Enrique acordándose de la madre de Tasotti, e intentar escuchar la final Brasil Vs Italia en un autobús entre Asturias y Madrid, sin éxito.

En 1996 tocó la Eurocopa de Inglaterra. Y pasó lo que nos fue sucediendo hasta 2008: fase de clasificación impecable, ganando todos los partidos con gran autoridad, y empezando a pensar que Aspiramos A Todo. Aspirábamos a todo, hasta esa tanda de penalties contra Inglaterra en cuartos, con Nadal (creo recordar) mandando un misil que aún debe estar en órbita. Y volvemos a lo mismo: decepción.

1998. Mundial de Francia. Fase de clasificación arrolladora. Aspiramos A Todo. Esta Vez Sí Que Sí. Yo estaba dándolo todo, y además había estado en Lyon pocos meses antes, y se respiraba Mundial por todos lados. Y llega el Mundial, y… Zubi contra Nigeria. El coñazo insufrible contra Paraguay. Y la goleada contra Bulgaria (6-1), que servía… para meter goles, porque ya estábamos eliminados. En primera fase.

Año 2000, Eurocopa en Holanda y Bélgica. En plena selectividad. Volvemos a Aspirar A Todo. Y se volvió a cagar. Antes de eso, un soporífero partido contra Noruega, algo medio decente contra Eslovenia, y ESE partido contra Yugoslavia, con ESE gol de Alfonso. Pero llegaron los cuartos, jugar contra los campeones del mundo… y desde un apartamento en Gandía donde había ido con unos amigos para celebrar el haber acabado la selectividad, vimos a Raúl mandar un penalty al 4º anfiteatro. Y vuelta a lo mismo.

Mundial de Corea y Japón de 2002. Horarios imposibles para ver fútbol. Jose Antonio Camacho popularizando el sudor de axilas sobre camisa azul. Una primera fase bastante bien llevada, octavos de final contra Irlanda sufriendo en los penalties tras un 1-1. Y cuartos contra Corea. No hace falta que cuente mucho… ¡Estábamos en semis, casi! ¡Esta vez era posible! Ese día, sábado 22 de junio, estaba en la universidad, y pude ver el fútbol en una cafetería que abrió porque había exámenes (se habían suspendido los del 20 de junio por huelga general), y a las 8:55 desapareció todo el mundo. Nos quedamos 4 en la cafetería viendo el partido, y desde las 9:05 reapareció el personal (recuerdo a un chaval entrando a la cafetería diciendo «¡¡¡Yo con un partido de España no puedo hacer un examen!!!»). Para la prórroga, la cafetería estaba ya hasta los topes, con gente subida a mesas para intentar ver algo en una pantallita de 2 pulgadas o así que habían puesto. Y otra vez la misma historia. Y Corea del Sur (¡tócate los coj***s!) en semifinales de un mundial.

En 2004, vuelta a las andadas, en la Eurocopa de Portugal. Desde el retiro del Erasmus vimos la primera fase… que fue todo lo que participó España. Partidos infumables, griegos dando voces, y otra vez a casa temprano. ¡No, otra vez no!

El Mundial de Alemania de 2006 tocó en Leeds, Inglaterra, y rodeado de gente en ese grandísimo pub llamado ‘La Biblioteca’ vimos todos los partidos posibles, incluyendo un Polonia Vs Alemania, o el Argentina Vs Serbia que hizo que todos apoyásemos a Argentina un poco más. Después del jugadón de Carles Puyol en el partido contra Ucrania, la remontada contra Túnez, el partido contra Arabia Saudí (1-0) fue una de la cosas más espantosas que he visto en un campo de fútbol, en un día además que fue especialmente triste. Octavos de final contra Francia, que vi en Madrid con una amiga francesa y Mr. Bobby, y ese ‘jubilaremos a Zidane’. Todos recordamos la historia. Al menos, en ese Mundial, después de España apoyaba a Italia, y después del show contra Alemania en semifinales con el gol de Grosso, no estuvo mal.

Y llegó 2008, Eurocopa de Austria y Suiza. Y por fin, después de sufrir muchísimo para clasificarnos, nadie daba un duro por la selección. Nadie. El cinismo se había apoderado de todos. Una primera fase contra Rusia (visto en C/Salud), Suecia (chez moi) y contra Grecia, pensábamos que en cuartos caeríamos miserablemente, para variar. Fue en ese partido contra Grecia cuando tuvimos una gran idea: vamos al bar de abajo – dijo Mr. Gromit. Y fuimos al bar de abajo. Y se ganó. Tocó Italia en cuartos, y tras el sopapo de Torres a Grosso, todo era posible. ¡Y tanto que fue posible! Penalties contra Italia, y a pesar de lo que todos pensabamos que pasaría, no pasó. ¡Y España pasó a las semifinales! Aunque he de decir que de la borrachera que llevaba me tuvieron que informar verbalmente que con el penalty de Fábregas ya estaba, se había eliminado a Italia, al coco. Semis contra Rusia, a los que habíamos atropellado en la primera fase, pero que tenía a un tal Arshavin que asombraba a Europa (sobre todo en Holanda, que le sufrieron en cuartos), y a uno larguirucho llamado Pavlychenko (o algo así) que metía goles. Pero el tiki-taka funcionó, y España pasó a la final… contra Alemania. 29 de junio de 2008, 19:00 h. Ya estabamos en ‘el bar de abajo’. 20:45. Comienza el partido. Minuto 32: gol de Torres. Gol de Torres. En una final de una Eurocopa. 22:30: final del partido. España es campeona de Europa. Por fin, campeones de algo. ¡Y de que manera!

Para el Mundial de Sudáfrica me apunté al carro de ‘con tanto triunfalismo nos vamos a ostiar prontito’. Y ayer, 7 de julio de 2010, San Fermín, día que acabé eso que tenía que hacer, Carles Puyol, de la Pobla de Segur (Lleida), metió un gol a Alemania. En un córner. En unas semifinales de un Mundial. Repitamos: A Alemania, en semifinales, en un corner. ¿Nos hemos vuelto locos? Sí, totalmente, locos. Pero por fin la selección jugó un partidazo, y desde el ‘bar de abajo’ (convertido en ‘el bar de la suerte’ tras haber visto allí la Champions del Barça de 2009, el 2-6, el Barça Vs Madrid de la primera vuelta de esta última liga, la Europa League del Atleti, etc… y no haber ido al Barça Vs Inter de semis de Champions aumenta esa sensación de ‘bar-talismán’), nos juntamos para dar muchas voces, tocar la vuvuzela, gritar, insultar, sufrir, celebrar…

Y joder, este domingo España va a jugar la final de un Mundial contra Holanda. ¿Quién lo podría haber dicho hace 3 años? ¡Pues difrutémoslo!

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